El final de los Tiempos

 

EL FINAL DE LOS TIEMPOS

Introducción

Cuando se habla sobre este tema produce miedo, confusión y temor porque si leemos el libro del Apocalipsis veremos ahí una serie de acontecimientos escritos por el Apóstol San Juan que fueron revelaciones para el final de los tiempos que ya han comenzado en la Humanidad.

 

Es un tema que se habla muy poco incluso dentro de la Iglesia Católica, porque se piensa que estos acontecimientos no ocurrirán  en esta generación y que no deben tocarse para no alarmar a los feligreses. Lamentablemente no ha habido suficiente preparación en este tema tan importante y la  realidad es que estamos a las puertas de la gran purificación, es por eso que en este tiempo han habido tantas manifestaciones marianas advirtiendo de lo que vendrá para el mundo y que urge a la conversión y a la preparación espiritual

 

El final de los tiempos es un concepto que  está asociados a ciertos acontecimientos acompañados de signos y señales que están ocurriendo actualmente y otros que vendrán a la humanidad, escritos en  el libro del Apocalipsis por el Apóstol San Juan y también los podemos leer en el Evangelio de San Mateo Cap 24

 

Es un tiempo que se caracteriza por el aumento de la maldad en el mundo y lo vemos a diario en los acontecimientos de cada día como asesinatos, abortos, armas biológicas, alimentos contaminados etc. Además un tiempo de gran confusión incluso dentro de la iglesia como es la pérdida de la fe la pérdida de los valores cristianos, la persecución a los cristianos en diferentes partes del mundo y la gran Apostasía que se vive actualmente donde ya nada es pecado y no se sigue la sana doctrina de la Iglesia,  todo esto desembocará en un gran Cisma en la iglesia  que la llevará a una gran purificación.

 

Es un tiempo que será puesta a prueba la fe, la fortaleza espiritual y la confianza en Dios a pesar de las adversidades que podamos vivir, es por eso la urgencia de prepararse en la oración, recibir los sacramentos y estar en gracia de Dios para que estos tiempos que ya comenzaron sean más llevaderos, estamos en los tiempos de las profecías donde todo se cumplirá de acuerdo a la voluntad de Dios.

 

Es un tiempo marcado de mucho sufrimiento debido a grandes catástrofes naturales, epidemias, guerras, conflictos internos, implementación del microchip, persecución a los cristianos  imponiendo una sola religión mundial que será de las tinieblas.

 

Estamos en el final de los tiempos y estamos entrando en una etapa de purificación, debemos ser fuertes y perseverantes en la fe, porque no estamos solos, Nuestro Señor Jesús y Nuestra Madre María Santísima están a nuestro lado guiando siempre nuestro camino.

 

El señor a través de sus profetas de estos últimos tiempos ha revelado con más detalles los acontecimientos que vendrán para la Humanidad con la finalidad de prepararnos tanto físicamente y espiritualmente. Pero lamentablemente la gran mayoría ha hecho caso omiso a sus mensajes de salvación a lo largo de los años.

Y después de este tiempo de purificación vendrá la Segunda Venida del Señor en gloria y Majestad

 

 

Señales Precursoras

Mateo 24, 4-14

4 Jesús les contestó: "No se dejen engañar 5 cuando varios usurpen mi nombre y digan: Yo soy el Mesías. Pues engañarán a mucha gente. 6 Ustedes oirán hablar de guerras y de rumores de guerra. Pero no se alarmen; todo eso tiene que pasar, pero no será todavía el fin. 7 Unas naciones lucharán contra otras y se levantará un reino contra otro reino, habrá hambre y terremotos en diversos lugares. 8 Esos serán los primeros dolores del parto. 9 Entonces los denunciarán a ustedes y serán torturados y asesinados. Todas las naciones los odiarán por mi causa. 10 En esos días muchos tropezarán y caerán; de repente se odiarán y se traicionarán unos a otros. 11 Aparecerán falsos profetas, que engañarán a mucha gente, 12 y tanta será la maldad, que el amor se enfriará en muchos. 13 Pero el que se mantenga firme hasta el fin se salvará. 14 Esta Buena Nueva del Reino será proclamada en el mundo entero, y todas las naciones oirán el mensaje; después vendrá el fin.

Vendrán tiempos difíciles

 2Timoteo 3,1-9

1 Has de saber que en los últimos días vendrán momentos difíciles; 2 los hombres serán egoístas, amantes del dinero, farsantes, orgullosos, chismosos, rebeldes con sus padres, ingratos, sin respeto a la religión; 3 no tendrán cariño ni sabrán perdonar; serán calumniadores, desenfrenados, crueles, enemigos del bien, 4 traidores, sinvergüenzas, llenos de orgullo, más amigos de los placeres que de Dios; 5 ostentarán apariencias de piedad, pero rechazarán sus exigencias. Evita a esa gente. 6 De esta clase son los que se meten por las casas engatusando a mujeres infelices, llenas de pecados, movidas por toda clase de pasiones, 7 que siempre están aprendiendo y nunca llegan al conocimiento de la verdad. 8 Del mismo modo que Janés y Jambrés se opusieron a Moisés, también ellos se oponen a la verdad. Son hombres de mente pervertida, descalificados en cuanto a la fe. 9 Pero no irán muy lejos, pues su locura será desenmascarada a la vista de todos, como les pasó a aquéllos.

 

 

Mensaje de María Santísima a Agustín del Divino Corazón

Todo lo escrito en la Biblia tendrá que cumplirse

Julio 5/09 (3:20 p. m.)

María Santísima dice:

Hijos queridos: Os estoy llamando a la conversión perfecta porque de algo debéis estar convencidos: el tiempo es cada vez más corto, más próximo, es el pronto regreso del Señor. Estáis en el final de los tiempos y todo lo que está escrito tendrá que cumplirse.

La mayoría de los mensajes se pierden; me aparezco y le hablo a las almas de corazón puro y sencillo, pero son tenidos por fanáticos o esquizofrénicos. Mis palabras se pierden se las lleva el viento, sólo unos pocos las acogen como verdaderas y por eso satanás se pavonea orgullosamente de un lado para otro porque de momento mis mensajes han caído al vacío, porque el intelectualismo y racionalismo de los orgullosos son puerta abierta al escepticismo, a la incredulidad; muchos aducen que me mantengo muy ocupada en el cielo y que no me queda tiempo para comunicar y revelar los Misterios Divinos a los apóstoles de los últimos tiempos; muchos se burlan de los profetas, de los elegidos de Dios y los arrinconan, los excluyen, los desechan como a objetos inservibles; los miran como a seres raros, extravagantes; muchos creen que el tiempo de la profecía ha terminado; que Pentecostés sólo se vivió en aquel momento, cuando el Espíritu Santo descendió en forma de lenguas de fuego sobre los apóstoles y sobre esta humilde servidora del Señor.

Guardad, pues, mis palabras en vuestro corazón y despertad ahora mismo de vuestro sueño letargo; porque es María, Madre de la Iglesia, la que os insta al cambio, al vencimiento de sí mismos para que volquéis vuestro corazón al Señor y no os perdáis del premio prometido que os espera, para que después no tengáis que lamentaros por toda una eternidad, el haber cerrado vuestros oídos a mi voz, el haber despreciado a los verdaderos profetas; profetas elegidos por Dios para anunciar y denunciar, profetas elegidos por Dios que os muestran el camino que os lleva al Cielo; profetas elegidos por Dios que hablan con autoridad, con voz de trueno; porque fue el mismo Señor quien los llamó a estar en el mundo pero sin ser del mundo; fue el mismo Señor quien los revistió de su espíritu, de sus gracias.

Llegó la hora, todo se cumplirá

Enero 5/10 (6:45 a. m.)

Hijos carísimos: María, Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos, tiene una gran tarea, una gran misión otorgada por el Cielo: despertaros de vuestro sueño letargo y de vuestro adormilamiento espiritual; porque os ha llegado la hora: todo lo que está escrito tendrá que cumplirse.

Son muchos los mensajes que hablan del final de los tiempos, mensajes guardados en las gavetas oxidadas del corazón, mensajes olvidados empolvados, mensajes cuestionados por algunos teólogos que aducen que el Señor es sólo misericordia, bondad infinita, que todo lo perdona; mensajes, dados a verdaderos profetas que, no son creíbles cuando se menciona el castigo que le espera a la humanidad si no se convierte; mensajes que ni siquiera son discernidos, son rechazados inmediatamente.

A vosotros soldados rasos del Ejército Victorioso de los Corazones Triunfantes, os dirijo mis palabras porque en vuestro corazón hallo humildad, sencillez, apertura y docilidad a la acción del Espíritu Santo.

A vosotros, mis hijos amados: os quiero formar como discípulos aventajados en Sabiduría Divina y Santidad.

A vosotros, os quiero preparar con mis lecciones de amor, quiero que toméis conciencia que la hora para la segunda venida de Jesús se os aproxima; aceptad que estáis en los umbrales de la Nueva Jerusalén; pero antes que veáis cielos nuevos, tierra nueva, muchos sucesos habrán de acontecer; las profecías de las Sagradas Escrituras tendrán que cumplirse literalmente, eventos de gran magnitud están por sobrevenir al mundo entero; aún los más justos, tendrán que enfrentarse a la gran prueba.

Hijos amados: os ayudaré a comprender algunos signos descritos en la Sagrada Biblia; signos que os muestran claramente que estáis en el final de los tiempos, signos que os habrán de llevar a una conversión perfecta, transformadora; signos que os harán sentir la proximidad de los hechos, signos mal interpretados por muchos teólogos modernos, signos que sólo son aceptados y entendidos por las almas que tienen corazón de niño, signos que son la respuesta clara que os muestra la pronta llegada del Mesías.

El final de los tiempos van precedidos por Signos y señales antes de la Parusía

Enero 6/10 (6:00 p. m.)

Hijos míos: el final de los tiempos va precedido por algunos signos que muestran palpablemente la parusía (Advenimiento glorioso de Jesucristo al fin de los tiempos), como los fenómenos extraordinarios que aparecerán en el firmamento, firmamento que os muestra a Dios como infinito, que os lleva a evocar las moradas que el Padre Eterno os tiene preparadas.

Tantas veces hijos míos me he aparecido, tantas veces se han dado manifestaciones sobrenaturales y la humanidad entera no ha querido despertar, no ha sabido leer los signos y señales que acompañan el final de los tiempos; tiempos en los que “el sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que llegue el día grande y patente del Señor”. (Hechos 2,20). “Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del Hombre, a cuya vista todos los pueblos de la tierra prorrumpirán en llantos; y verán venir al Hijo del Hombre sobre las nubes resplandecientes del cielo con gran poder y majestad”. (Mateo 24,30).

¿Qué más fenómenos extraordinarios queréis ver? Fenómenos que os muestran que Dios existe, fenómenos que os deben llevar a una conversión perfecta, fenómenos que son voz de alerta para que cambiéis de vida y os acerquéis al Señor; fenómenos que son anuncios para la segunda llegada de Jesús, fenómenos que os demuestran que la eternidad es una realidad en la que tarde o temprano tendréis que enfrentar.

Hijos amados: como Maestra que soy de cada uno de vosotros, me encuentro en la necesidad de daros estas lecciones del Cielo porque es importante que os preparéis al pronto regreso del Señor; no quiero que ante su llegada seáis sorprendidos dormidos y sin aceite en vuestras lámparas; no quiero que os pase lo mismo que a las vírgenes necias; vírgenes que llagaron tarde al convite y hallaron las puertas cerradas.

Sólo os pido que permanezcáis en vela, caminando por las sendas de la oración, mortificación y penitencia; os pido que viváis los mensajes de la misma manera como el pueblo de Israel obedeció a Moisés y dejó Egipto para ir hacia la tierra prometida.

Por la premura del tiempo debéis dejar las vacilaciones, los titubeos; cortad con todo lo que sea pecado y reparad porque la justicia de Dios pronto se dejará ver y sentir.

Seguir el camino de la adoración y reparación

Enero 6/10 (6:30 a. m.)

Hijos amados: proseguid vuestro camino de cruz, camino estrecho, espinoso pero camino que os lleva al cielo.

Proseguid con vuestros ojos levantados al cielo, cielo alfombrado de azul, cielo mullido de estrellas, cielo infinito, cielo abierto para las almas que viven según la Divina Voluntad.

Proseguid con vuestro corazón unido al Sacratísimo Corazón de Jesús. Corazón que arde en la llama de Amor Divino. Corazón con varios Aposentos, dispuestos en daros albergue. Corazón que es asilo de protección para el tiempo de la tribulación que estáis viviendo; proseguid tras las huellas de Cristo, huellas que perfuman vuestro andar, huellas que os llevarán al lugar donde Él vive; huellas inconfundibles porque son las pisadas del Maestro de sandalias desgastadas.

Proseguid el camino de la adoración y de la reparación. Son muchos los pecados que hieren nuestros Sagrados Corazones. Son muchos los impíos que traspasan nuestros Corazones Unidos con dardos de desamor.

Proseguid vuestra marcha unidos a mi Ejército Victorioso porque hay una batalla espiritual entre las potestades del Cielo y las del infierno.

Proseguid por las sendas de la mortificación y de la penitencia, porque habrá una persecución sangrienta en contra de los verdaderos discípulos y apóstoles del Señor; persecución, aún, dentro de la misma Iglesia, porque satanás se ha infiltrado, ha seducido a algunos de mis hijos que ya no trabajan para Jesús sino para las potestades y principados del infierno; ha sembrado en sus corazones veneno letal; veneno que los hace aparentemente religiosos, obedientes a los mandatos del Santo Padre el Papa, pero llevan dentro del corazón el aguijón de la desobediencia, de la herejía.

Proseguid con el Santo Rosario en vuestras manos y ofrecédmelo por todos los que son injustamente perseguidos, calumniados; satanás suele utilizar personas buenas para destruir las obras del Dios; reparad por ellas, tienen una cuenta pendiente que pagar, para ir al Cielo.

Proseguid con vuestra Madre del Cielo, Madre que os está recordando por última vez los mensajes dados en muchas partes del mundo, porque el tiempo de la misericordia ha terminado, el tiempo de la tribulación y la justicia está en curso.

Escuchar a los profetas de los últimos tiempos

Enero 10/10 (7:14 a. m.)

Hijos míos: os he estado recordando por última vez algunos de los mensajes que he dado en varias partes del mundo, como en la Salette, Akita, Garabandal, Fátima y a mi hijo predilecto Stefano Gobbi entre otros; pero mis palabras no han sido del todo escuchadas, sólo los corazones sencillos las acogen, las guardan con recelo como perlas finas, como tesoros del Cielo.

Cuánto deseo que la humanidad entera abriera sus ojos a la realidad de los acontecimientos. Acontecimientos que demuestran que: estáis en el final de los tiempos, el libro del Apocalipsis va en la mitad del camino.

Cuánto deseo: que la humanidad entera estuviera atenta y preparada al retorno glorioso de Cristo, que despierte de su somnolencia espiritual e inicie de inmediato un proceso de conversión perfecta y transformadora.

Cuánto deseo que la humanidad entera atendiera a la voz de los profetas, profetas que en este final de los tiempos están allanando caminos como San Juan Bautista, porque la segunda venida del Mesías está muy próxima.

Cuánto deseo que la humanidad entera comprendiera que la Iglesia pronto llegará al viernes santo; viernes santo que la purificará, la probará hasta que brille en su máximo esplendor.

Cuánto deseo que la humanidad entera se consagrará a mi Inmaculado Corazón y formase parte de mi Ejército Victorioso. Ejército que verá el triunfo de los Sagrados Corazones Unidos y Traspasados.

Cuánto deseo que la humanidad entera se uniera al Apostolado de Reparación. Apostolado que menguará las fuerzas del adversario. Apostolado que adelantará el triunfo de los Sacratísimos Corazones. Apostolado que abrirá las puertas de la Nueva Jerusalén. Apostolado que extinguirá las densas capas de oscuridad que cubren la tierra.

Cuánto deseo que la humanidad entera hiciese muchísimos actos de reparación; actos que merman la justa cólera de Dios. Actos que abrevian, aún más, el tiempo porque los hombres corren alto riesgo de perderse.

Cuánto deseo que la humanidad entera sienta la necesidad de visitar el Santísimo Sacramento, porción del Cielo en la que habita Jesús. Porción del Cielo poco frecuentado y visitado. Porción del Cielo muchas veces profanada.

Cuánto deseo que la humanidad entera no dudará más de mis apariciones, de las manifestaciones del Cielo; entended que este es el tiempo de María y del Espíritu Santo.

Cuánto deseo que la humanidad entera compartiera, al pie de la cruz, los sufrimientos de mi Hijo Jesús, porque son muchos los hombres que hieren su Sagrado Cuerpo con el pecado.

Cuánto deseo que la humanidad entera entendiera que la hora de la gran prueba ha llegado porque son muchos los errores que se están difundiendo, muchos pastores no están atentos a los lobos vestidos de corderos; lobos que se han introducido en la Iglesia para llevarla a la destrucción.

Cuánto deseo que la humanidad entera rezara por la salvación del mundo; mundo que ha tocado el fondo de la perdición y de la impiedad extrema.

Cuánto deseo que la humanidad entera contribuyese al triunfo de la Divina Voluntad, viviendo en estado de gracia, haciendo siempre lo que Jesús os diga.

Cuánto deseo que la humanidad entera encontrase en mi Inmaculado Corazón un refugio seguro en este tiempo de tribulación y de justicia.

Cuánto deseo que la humanidad entera se preparara en oración, ayuno, mortificación y penitencia porque la gran crisis de la Iglesia se avecina. Pronto entrará en la agonía y pasión más dolorosa, pronto será abandonada por muchos de mis hijos, pronto será teñida de rojo por la sangre que derramarán algunos de mis hijos predilectos y algunos laicos fieles a la doctrina predicada por Jesús. Pronto el castigo azotará a este mundo pagano, mundo sin ley y sin Dios. Pronto la tierra será purificada por una lluvia de fuego, tierra que será completamente renovada para así, recibir al Rey del más alto linaje vestido de resplandor y de gloria.

Cuánto deseo que, estos, mis últimos mensajes se difundan por todo el mundo. Es el último llamado angustioso para toda la humanidad. Son las últimas advertencias para este tiempo de tribulación y de justicia. El tiempo se os acaba, los dolores de parto ya han comenzado, el hijo de la perdición se prepara para tomar la silla de Pedro que dentro de poco estará vacía, sólo os queda orar y reparar.

Estamos en la hora final

Enero 26/10 (10:30 a. m.)

Hijos amantísimos: María, Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos, os llama a formar parte de mi Ejército Victorioso. Soy su capitana; poneos, pues, bajo mis órdenes como soldados rasos, os armaré con suficiente munición del Cielo de tal modo que salgáis a batallar sin miedo, porque siempre estaré a la vanguardia lista para protegeros. San Miguel Arcángel caminará con vosotros, presto en levantar su espada contra el adversario y sus secuaces; estáis en la hora final, porque muchas legiones de demonios han sido soltadas del infierno para tentar, para hacer caer a muchísimas almas en pecado mortal.

Estáis en la hora final, porque secretamente se gesta un plan que pretende llevar la Iglesia a la más abrupta desolación, quiere acabarla porque es la Iglesia verdadera fundada por Jesucristo.

Estáis en la hora final; por eso el Espíritu Santo descenderá para instaurar el Reino Glorioso de Cristo. Reino de amor, de justicia y de paz.

Estáis en la hora final, porque pronto el Espíritu Santo vendrá a vosotros por medio del triunfo de mi Inmaculado Corazón y el Reinado del Sagrado Corazón de Jesús.

Estáis en la hora final, porque estáis viviendo tiempos de confusión y perturbación de espíritu.

Estáis en la hora final, porque satanás con su astucia ha logrado difundir el error bajo supuestas modernas interpretaciones, llevando a muchos de mis hijos al pecado porque todo es llevado a una falsa sicología de la conducta humana, en la que todo es permitido, ya que el mal no existe; lo que antes era pecado ya es tomado como un patrón de comportamiento normal.

Estáis en la hora final, porque podéis ver la deserción de vocaciones en los conventos y casas religiosas, porque satanás ha penetrado dentro de ellas sembrando el caos, la confusión; llevándolas a perder el carisma por el cual fueron fundadas.

Estáis en la hora final, porque cuando el Santo Padre, el Papa, habla enérgicamente de las verdades de la fe Católica, es criticado, menospreciado públicamente.

Estáis en la hora final, por eso tantos hijos míos andan de un lado para otro por el prurito de oír novedades cuando la verdadera novedad está en el Sagrario, en las Sagradas Escrituras y en el Magisterio de la Iglesia.

Estáis en la hora final, y por eso os llamo a caminar por las sendas de la santidad, de la oración y de la reparación porque estáis en el umbral de todos los acontecimientos profetizados.

Estáis en la hora final, por eso el Padre Eterno, me ha permitido descender hasta vosotros para consolaros, ya que estáis entrando en el tiempo de la agonía y abandono; pronto la humanidad entera saboreará el cáliz de la amargura.

Estáis en la hora final, por eso os recuerdo de nuevo los mismos mensajes que desde hace muchos años he estado hablando al mundo entero; mensajes que deben parecerse porque soy yo quien los transmito.

Estáis en la hora final, por eso muy pronto terminará el tiempo de la tribulación profetizado en las Sagradas Escrituras, tiempo que antecederá al segundo advenimiento de Jesús.

Estáis en la hora final, por eso el tiempo se os ha abreviado porque muchísimas almas están a punto de perderse.

Estáis en la hora final, abridme las puertas de vuestro corazón, dejadme actuar en vosotros, os arrancaré de las garras de satanás, os llevaré conmigo y os guardaré en el pequeño resto fiel de mi Iglesia para que no seáis confundidos, ni engañados.

Estáis en la hora final, por eso muy pronto terminará el tiempo de la tribulación profetizado en las Sagradas Escrituras, tiempo que antecederá al segundo advenimiento de Jesús.

Estáis en la hora final, por eso el tiempo se os ha abreviado porque muchísimas almas están a punto de perderse.

Estáis en la hora final, abridme las puertas de vuestro corazón, dejadme actuar en vosotros, os arrancaré de las garras de satanás, os llevaré conmigo y os guardaré en el pequeño resto fiel de mi Iglesia para que no seáis confundidos, ni engañados.

Consagración que será uno de los últimos llamamientos maternales a la humanidad, porque si el pueblo no se convierte perecerá.

Consagración que moverá a muchos de mis hijos al arrepentimiento, a un cambio en sus vidas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Signos y Señales En Los Últimos Tiempos